Tumbada en tu cama, durmiendo tan a gusto, con tus mofletes sonrosados y las manos estiradas hacia atrás, tan tranquila y feliz, mi pequeña niña, mi adorada Julia, me pareció que tenías una pequeña ramita de color marrón enredada en tu pelo; me quedé mirándote, por un instante, disfrutando de tu pausada respiración, y te dije, apenas con un susurro, “te cambio la ramita por un beso”. Entonces, muy lentamente, me incliné sobre ti y aparté con mucho cuidado algunas greñas rebeldes de tu frente; con mucha dulzura, para no despertarte, extraje la pequeña ramita de entre tu pelo y te di un beso...
¡Aquí
tiene tu beso cariño! ¡Te lo has ganado! ¡Yo me quedo con tu
ramita, pero no te preocupes, la protegeré y la guardaré con mucho
cariño, como siempre que me pides que te guarde todas las cosas que
deseas guardar, y lo haré donde tú bien sabes, en el lugar más
especial del mundo, en lo más hondo del corazón!...
Tú,
apenas diste un leve suspiro, te giraste y continuaste con tu sueño
feliz...
Y
así, mi pequeña niña, para que estemos los dos mejor, atraparé tu
mano ligera, como antes, en el huerto del cole, ¿te acuerdas?, y me
uniré a tu sueño, me relajaré y me dejaré llevar, seré como tú,
pequeñita, liviana como las hojas de un árbol, igual que las
semillas de los guisantes, tan importantes y a la vez tan desvalidas,
listas para germinar y para empezar a crecer, listas para desplegar
sus alas al viento y empezar a vivir. Y pondré mis manos junto a las
tuyas, junto a las manos de todos los demás niños, curiosas,
suaves, tan delicadas, expertas, porque solo desde la inocencia se
alcanza la absoluta certeza de la verdad, sin prejuicios, sin
ataduras...Y con las manos, removeremos la tierra que se nos quedará
pegada y la miraremos sonriendo como quien mira al cielo y de pronto,
se encuentra con una nube de aspecto curioso que le hace sonreír...
Y
correremos juntos igual que antes ¿te acuerdas mi niña?, de un lado
para otro, camino del huertecito del cole, con esas preciosas
pegatinas de brócoli en el pecho, chillando, sintiendo esa emoción
tan divertida por dentro, al encuentro de la aventura, con esa mirada
que lo dice todo, con esa mirada que tú me regalas cada día al
despertar y que es mi tesoro más preciado, con esa mirada
compartida de felicidad y de brillo, y hasta allí llegaremos,
corriendo, saltando, y hasta nos caeremos al suelo y nos rascaremos
un poco las manitas, pero al fin llegaremos a la tierra prometida de
nuestro huertecito del cole, lugar de encuentro de pequeños
duendecillos y de alguna que otra hada soñadora...
Entre
tanto, mi pequeña niña, la vida se hará mirada, mirada para los
que aprenden y sienten con los ojos repletos de luz y nuestro corazón
se volverá un poquito loco de tantas emociones compartidas, y solo
querremos dar abrazos a quien tenemos cerca, y también, querremos
volver a meter la mano en la tierra mojada y sentir su frescor, y
querremos tocar las semillas, y sentir el olor de las hortalizas, y
hasta querremos tirarnos el agua por encima...porque todo lo nuevo es
aprender, y la mejor manera de aprender es soñando...
¿Sabes
mi niña? Me hace muy feliz mirarte mientras duermes. Es como si la
vida estuviera parada en una preciosa foto. Mueves tus manitas, tus
pies, te tocas el pelo, das una vuelta en la cama, parece que estás
sonriendo, y sigues durmiendo...
Aún
tengo tu ramita en la mano, descuida, la voy a guardar bien, como te
dije antes, no la perderé nunca. Mientras tanto, en la mesa de la
cocina, una botellita con cara convertida en maceta, en tu clase un
cajón mágico que pronto se convertirá en selva tropical y en el
corazón de ambos una ramita de color marrón convertida para siempre
en beso. Nada es imposible en la vida, y mucho menos, en la tierra
prometida de nuestro pequeño huerto escolar.
¡Gracias
Toni por tus maravillosas fotos!
¡Gracias
comisión mini huerto de infantil, por hacer posible lo imposible!
¡En
especial, gracias Isa, por soñarlo mucho antes de que se hiciera
realidad...!
Y
a las seños de infantil, gracias por vuestra ayuda y complicidad...
Y
como no, a los niños, viajeros incansables camino de la tierra de
Nunca Jamás...
¡A
seguir construyendo sueños!
Cosas
bonitas que suceden en el cole Humanista Mariner...
¡mezcla el mundo!
una caricia del sol
¡magia en pequeños frascos!
¡aprendizaje!
¡duendes en acción!
¡Pequegrandes!
¡con mucho amor!
¡Una ramita en tu pelo!
¡mezcla el mundo!
¡con mucho amor!
¡experiencia compartida!
“Pequeñas
lecciones”
Pintar
un sueño con su verde tapiz
lanzarlo al cielo,
como un acertijo
cruzar abrazos,
alzar las manos
volver a la
tierra...
para tocarla,
sentirla...quererla
una manita ligera
y feliz
que atrapa la mía,
cautiva
dejándose ir
una carrera
improvisada junto al patio
lenta, atenta,
sonriente
la vida en una
mirada
corazón que se
desboca
pies pequeños
correteando
manos grandes que
se chocan
complicidad, pasión
y certeza
pequeñas y grandes
lecciones
duendes curiosos y
verdes
pegatinas de
brócoli en el pecho
semillas plateadas
de agua
tierra fresquita y
apelmazada
pequeñas valiosas
lecciones
y así fue la
siembra
fertilizante de
emoción e inocencia
preguntas eternas en
la distancia
¡qué sabía es la
infancia!...
grandes lecciones de
vida.
Juanvi
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